05 febrero 2010

La cola de discoteca.

Quedada de antiguos alumnos de colegio, primero vamos a cenar. Al final de la cena deciden llevarnos a una discoteca de esas que tanto les gustan. A una de las amigas la tenemos que convencer para que que se levante de la toalla donde se había tirado.

Al ir a entrar en la disco, yo, que voy en chanclas y bañador, tropiezo y caigo justo a los pies del portero, que ve cómo voy vestido y me pone la mano delante, yo se la aparto para que no me moleste al entrar, él la vuelve a poner, dejando claro que no me deja entrar

Le digo algo así como: —¿Qué pasa, es por ir en bañador?, yo voy como me da la gana, ¡¡déjame en paz!!—. Pero me empuja fuera de la cola.

Unos cuantos chicos y yo nos apartamos de las miradas de los porteros, cogemos un montón de lechugas y comenzamos a pintar frases e insultos. Escribimos Porteros Nazis, hijos de puta, cabrones... Esas lechugas se las íbamos a tirar después a los porteros aprovechando el barullo de la cola de la puerta, pero cuando nos acercamos se acababa la fiesta y se comienza a ir la gente. La calle se queda vacía...

De pronto estoy sólo. Así que me escondo las lechugas para que nadie vea que yo escribí con ella los insultos.

1 comentario:

draven dijo...

Que bueno , yo sone algo parecido