18 enero 2011

Murciélago.

Mi abuela y yo estamos en la cocina de nuestro chalet de Santander, es de noche y se acaba de colar un murciélago en la galería interior junto a la cocina, entramos a espantarlo y comienza a revolotear por toda la cocina hasta que se lanza a por mi. Me muerde y se queda enganchado a mi antebrazo derecho, yo, con mi mano derecha lo agarro de los "pelos" de la cabeza (era un murciélago con peluquín) para separarlo de mi brazo, no utilizo el brazo izquierdo no sé porque, lo tengo ocupado agarrando algo que no debo de querer soltar.

Al cabo de un rato el murciélago cae al suelo sin alas, parece ser que yo se las he arrancado, mi abuela comienza a golpearlo en el suelo con el matamoscas, a cada golpe el bicho se hace más y más pequeño y se va transformando en una lámina semitransparente y pequeña, al final acaba siendo sólo una especie de ala de mosca, pero ante nuestro asombro echa a volar. Se me mete en la ropa y yo me retuerzo compulsivamente para sacarlo, hasta que del meneo sale disparado y lo echo fuera de casa. Cierro la puerta con brusquedad.

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